domingo, 25 de marzo de 2012

I JORNADAS GASTRONÓMICAS Y CULTURALES DE GALICIA (SSREYES)

Bien es sabido por quien haya mantenido mínimamente una charla breve con el autor de este lamentable (por estar siempre lamentando) Blog de su escaso aprecio hacia el género humano en general y hacia los eventos lúdico-festivos donde se congregan cantidades ingentes de la especie, en particular.

Bien es sabido de los perniciosos estragos del alcohol sobre la mente, así como los aún más letales efectos de la resaca del gin-tonic un domingo por la mañana.

El caso es que, cuando te despiertas un domingo 25 de Marzo de 2012 tarde, con una banda de tambores y cornetas dentro de la cabeza y, para colmo, ves que justo ese día se adelanta el reloj para inaugurar el horario de verano te dices.... ¿Cocinar....? Blufffffffff......

Y así, tras echar un vistazo a las ediciones digitales de los principales periódicos de actualidad e información para mantener elevados mente y espíritu en aras de la razón, la intelectualidad y la ilustración (i.d. Playboy, Marca...) uno acaba extrañamente seducido por carteles como el arriba mostrado, con una impúdica exibición de productos gallegos que entonan un canto hipnótico cual Sirenas y, sin disponer de la cera de Ulises ni de la ayuda de Perímedes y Euríloco para atarme al mástil de la nave, quiso la Diosa Fortuna que varásemos en una desconcertante isla.

 "Llega acá, de los dánaos honor, gloriosísimo Ulises, de tu marcha refrena el ardor para oír nuestro canto, porque nadie en su negro bajel pasa aquí sin que atienda a esta voz que en dulzores de miel de los labios nos fluye. Quien la escucha contento se va conociendo mil cosas: los trabajos sabemos que allá por la Tróade y sus campos de los dioses impuso el poder a troyanos y argivos y aún aquello que ocurre doquier en la tierra fecunda"

Pronto pude darme cuenta de que, los fastos prometidos se ciscunscribian a una carpa que albergaba una enorme barra en uno de sus laterales y un pequeño escenario. El resto de la superficie lo ocupaban decenas de mesas "Cáritas Style" y sillas de plástico. En la entrada anterior ya expuse mi postura acerca de las sillas de plástico. Sigo con mi cruzada contra ellas. Es más, esta se recrudece cuando me enfrento a las muy infames sillas de publicidad, fabricadas "ex profeso" para la tortura y el sometimiento.

Sin posibilidad de arrepentimiento ni vuelta atrás, tomamos posición en una de las colas que... bueno, cómo explicar esto...  Para que usted, amigo lector lo entienda, alguna portentosa mente había ideado un sistema de varias colas: Una para comprar los tickets, otra exclusiva para el pulpo, otra para la bebida y otra para el resto de platos. ¡Maravilloso! Si hay algo realmente apasionante en esta vida es esperar más de 1 hora en total para conseguir una ración de pulpo, otra de berberechos a la plancha y una botella de Alvariño. Todo amenizado por un ruido humano infernal y el indescriptible arte de la octogenaria banda de música tradicional que ofrecía un canto salpicado de repiqueteos (no sé si de alguna suerte de castañuelas o de sus movimientos artríticos...) 

Mención especial para "R" que a todo esto ha de sumar el soportar mi mal humor y quejas continuadas en todo este espacio de tiempo. (Debiste ser alguien horrible en otra vida y ahora estás purgando tus pecados conmigo).

Para estas ocasiones, superada la fase de indignación y ante el tedio de la espera, he descubierto el entretenido pasatiempo de contar "chandals". No sé por qué, pero hay una relación directa entre este tipo de eventos "populares" y la proliferación de esta estéticamente nauseabunda prenda de vestir a cuyos portadores les deberían someter al potro de forma inmediata. Sin embargo, ahí están, campando a sus anchas. No os podéis imaginar cuánta variedad de diseños, cuánto colorido, y para toda la familia, el papa (sin tilde), la mama (sin tilde), el yayo, la yaya, el Yonatan, la Jessi, el novio'la Jessi, la prima, el perro...

En fin....

La comida no estuvo mal. Todo hay que decirlo. Pero no compensa la espera, el beberte el vino en vaso de plástico y la sensación de "Homeless" que tienes comiendo en una carpa con aspecto de comedor social.

Entono el "Mea Culpa". Sabía a lo que íba. Si hubiera estado más lúcido...